miércoles, 31 de octubre de 2012

SEIS GRADOS

Es un documental de National Geographic, en el que habla sobre el Calentamiento global. ¿Que pasaría si la Tierra se calentara 1º más, 2,3,4,5 y 6?Esta es la primera parte de diez:
http://youtu.be/gqzmQjN3EXg

LOS ESCENARIOS ACTUALES Y FUTUROS DE CAMBIO CLIMÁTICO


En base al estado de situación de la zona costera uruguaya y a los escenarios proyecta­dos por los modelos climáticos, se reconocen di­ferentes amenazas . Se destaca que en Uruguay se cumplen los mismos patrones mundiales de desarrollo, con su consecuente pérdida de hábitats, sobre-pes­ca, contaminación y otras actividades ambiental­mente perjudiciales. El cambio climático combi­na y amplifica los actuales factores estresantes, tornando más vulnerables a las comunidades costeras.
ESCENARIOS CLIMÁTICOS EN LA COSTA URUGUAYA
La zona costera uruguaya, con una exten­sión aproximada de 670 km (de los cuales 450 corresponden al Río de la Plata y los 220 restan­tes al océano Atlántico) presenta una diversidad de ambientes con características peculiares, donde las playas arenosas desarrolladas en extensos arcos alternados con afloramientos ro­cosos, son la forma dominante. Esta diversidad paisajística y la diversidad biológica que susten­ta son la base del desarrollo económico, por su capacidad para proveer bienes y servicios que sustentan actividades diversas, como la pesca, el turismo, la navegación, el desarrollo portuario y la explotación agrícola y minera. En Uruguay el 68% de la población residente de la zona cos­tera, los centros urbanos ocupan un 34% de la línea de costa.
El análisis de las variables climáticas y los niveles del mar en Uruguay demuestra que en el último siglo han ocurrido cambios:
•La temperatura aumentó 0.8°C en el siglo XX. La temperatura media actual es mayor en prima­vera y verano de lo que era a principios del siglo pasado y la temperatura mínima se ha elevado a lo largo de todo el año. A su vez, los períodos de heladas (tiempo entre la primera y última delaño) son más cortos y su severidad y frecuencia se redujeron.
•Las lluvias aumentaron dentro del territorio nacio­nal aproximadamente un 30%, partiendo de 1.000 mm a principios del siglo XX hasta unos 1.300 mm hacia fines de siglo. Este cambio se observa sobre todo en primavera y verano.
•El nivel del mar en las costas uruguayas subió 11 cm entre 1902 y 2003 proceso que se acentuó en las últimas décadas.
•Los eventos extremos (lluvias y temperaturas fuera de lo normal) han venido aumentando en frecuencia e intensidad en Uruguay y en la región.
Investigadores nacionales han analizado posibles escenarios climáticos previstos para décadas futuras (2020, 2050 y 2080) basados en Modelos Climáticos Globales aprobados por el IPCC (HADCM3, ECHAM5).
De estos estudios surge que:
•En cuanto a la temperatura, es probable que Uruguay experimente tasas de crecimiento con variaciones de 0.3 a 0.5°C al 2020 y de 1.0 a 2.5°C al 2050.
•Las lluvias continuarán su tendencia creciente, aunque a una tasa de aumento menor que la observada.
•En cuanto al nivel del mar, los estudios de esce­narios realizados indican que aumentaría entre 5 y 10 cm para la década de 2020 y entre 12 y 20 cm para la década de 2050. Otro aspecto a considerar son las marejadas de tormenta que se producirían en condiciones de valores me­dios más elevados del NMM y los cambios de velocidad de los vientos influirían tierra adentro a mayor distancia que en las condiciones actuales provocando un aumento de la erosión.
•Los eventos extremos (lluvias y vientos inten­sos) continuarán en aumento. De acuerdo con las predicciones efectuadas a nivel global y re­gional es plausible que también aumenten su frecuencia como intensidad. La evolución de la velocidad media del viento en la región coste­ra del sur del país ha mostrado en general un comportamiento asociado a una disminución en la frecuencia de vientos del sector sur y oeste (Pamperos), durante el otoño e invierno, y a ma­yores velocidades promedio del cuadrante este (sudestadas), presentes en el semestre cálido del año (octubre a abril).
ADAPTACIÓN
El IPCC ha indicado que todas las socieda­des y todos los sectores económicos inevitable­mente necesitarán adaptarse al cambio climáti­co en las décadas venideras y que la adaptación ya está en proceso, incluyendo el turismo. Al­gunos países y regiones son más vulnerables que otros en la medida que sus características económicas y geográficas determinan su expo­sición a los impactos del cambio climático, su sensibilidad a estos impactos y su capacidad de adaptación.
La adaptación al cambio climático se refie­re a un ajuste en los sistemas naturales o hu­manos como respuesta a estímulos climáticos, reales o esperados, que puedan moderar los da­ños o explotar las oportunidades beneficiosas.
La adaptación puede ser buscada por socieda­des, instituciones, individuos, gobiernos y puede ser motivada por motores a través de muchos mecanismos, por ejemplo: actividades sociales, actividades de mercado, intervenciones locales o globales. La capacidad de adaptación es la aptitud o el potencial de un sistema para respon­der exitosamente a la variabilidad climática y al cambio, e incluye tanto los ajustes en el com­portamiento como en los recursos y tecnologías. También permite a los sectores y a las institucio­nes aprovechar las oportunidades o los benefi­cios del cambio climático, tales como estaciones más largas para las cosechas o mayor potencial para el turismo.
Se estima que la capacidad de adaptarse al cambio climático varía en los sub-sectores de la industria turística, por ejemplo: turistas, proveedores de servicios turísticos, comunida­des, operadores turísticos. Dentro de estos, los turistas tienen la mayor capacidad adaptativa (que depende de tres recursos clave: dinero, co­nocimientos y tiempo), con una libertad relativa para evitar los destinos impactados por el cam­bio climático o cambiando el momento de viajar para evitar condiciones climáticas adversas. Los suministradores de servicios turísticos y opera­dores en los destinos específicos tienen menor capacidad adaptativa. Los grandes operadores turísticos que no son dueños de infraestructura, se encuentran mejor posicionados para adap­tarse a los cambios en destinos porque pueden responder a las demandas de sus clientes y suministrar información para influir en las elec­ciones de viaje de sus clientes. Las comunida­des en los destinos y operadores turísticos de hoteles, estaciones turísticas, marinas o casinos tienen la menor capacidad adaptativa.
Los requerimientos de información, cam­bios de política e inversiones que se necesitan para una efectiva adaptación por parte de los destinos turísticos, en algunos casos, requieren de décadas y, por lo tanto, existe la necesidad de una rápida acción para aquellos destinos donde se prevé que un impacto se producirá hacia mediados del siglo.
EL PROCESO DE ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO
Una amplia gama de metodologías y he­rramientas de decisión existen para evaluar los impactos del cambio climático y las estrategias de adaptación. El PNUD2 proporciona cuatro principios rectores para la adaptación que son altamente relevantes para el turismo.
ADAPTACIÓN EN UN CONTEXTO DE DESARROLLO
Los impactos del cambio climático podrán afectar negativamente el desarrollo sustentable de un país en formas diversas, incluyendo los recursos hídricos, la energía, la salud, la agricul­tura y la biodiversidad - los cuales podrán tener un impacto en el sector turístico. Por consiguien­te, el proceso de adaptación en el sector turístico necesita integrarse a políticas y estrategias de desarrollo sustentable del país.

UTILIZAR LA EXPERIENCIA ADAPTATIVA ACTUAL PARA AFRONTAR LA FUTURA VARIABILIDAD CLIMÁTICA
El sector de turismo tiene experiencia en afrontar la variabilidad climática (Tabla 3), requi­riéndose evaluaciones adicionales como punto de partida para la adaptación. Una amplia gama de actores turísticos deben ser involucrados en el proceso de adaptación para aprovechar ple­namente sus experiencias y conocimientos re­lativos a la adaptación a la variabilidad climática actual.

RECONOCER QUE LA ADAPTACIÓN OCURRE EN DISTINTOS NIVELES, EN PARTICULAR EN EL NIVEL LOCAL
La adaptación puede realizarse en forma estratégica en el nivel nacional, tal como ocurre con el Plan Nacional de Respuesta al Cambio Climático de Uruguay o el Plan Nacional de Tu­rismo Sostenible pero el cambio climático no es simplemente un desafío para gobiernos; la par­ticipación de la industria turística es crucial pues sus operaciones son y serán afectados.

RECONOCER QUE LA ADAPTACIÓN ES UN PROCESO CONTINUO
La mayoría de los marcos de adaptación reconocen que es un proceso iterativo de puesta en práctica y evaluación de estrategias a medida que las condiciones climáticas siguen evolucio­nando a lo largo del siglo.
¿CÓMO DESARROLLAR E IMPLEMENTAR UN PROCESO DE ADAPTACIÓN A LA VARIABILIDAD CLIMÁTICA?
Pueden considerarse los siguientes ele­mentos a la hora de desarrollar un proceso de adaptación:
•Adaptarse ahora
Frente a la falta de estratégicas de adaptación en los distintos países, cuanto antes se comien­ce a implementar un proceso se podrán lograr beneficios más rápido para la reducción de ries­gos.
•Crear condiciones para posibilitar la adaptación
Implica sortear las numerosas barreras que hoy existen, entre otras: conflictos frente a escasos recursos, falta de conocimientos, instituciones débiles, recursos naturales degradados, infraes­tructura inadecuada, recursos financieros insufi­cientes y una gobernanza deficitaria.
•Integrar la adaptación con el desarrollo
Los objetivos de la adaptación al cambio climático y del desarrollo son fuertemente com­plementarios; por lo tanto para ser efectivos, los procesos de adaptación deben comprometer a los ministerios responsables del desarrollo, finanzas, gestión territorial e hídrica y salud pú­blica.
•Aumentar la sensibilización y el conocimiento
El conocimiento es una limitación crítica en la adaptación siendo prioritaria la generación y comunicación de nueva información para la ges­tión de los riesgos climáticos.
•Fortalecer instituciones
La debilidad institucional representa una dificul­tad para la gestión de los riesgos climáticos y adaptación. Por lo tanto, el fortalecimiento insti­tucional o, en algunos casos la revitalización de las instituciones tradicionales y tomar decisiones son imprescindibles para facilitar la adaptación.
•Proteger los recursos naturales
Los recursos naturales que se encuentran en un estado degradado son más vulnerables al cam­bio climático y, por lo tanto, la recuperación y protección de recursos naturales tales como hu­medales, pesquerías, biodiversidad y bosquesconstituyen estrategias críticas de adaptación en muchos países en desarrollo.
•Suministrar asistencia financiera
Los recursos financieros son una importante barrera a la adaptación. Tendrán que buscarse soluciones innovadoras para que los países en desarrollo puedan obtener financiamiento desde varias fuentes, tanto internas como externas.
•Involucrar los que se encuentran en riesgo
Involucrar actores que se encuentran potencial­mente en riesgo aumenta la efectividad de los procesos de adaptación, demostrando la impor­tancia de enfoques participativos en la adapta­ción.
•Uso de estrategias específicas
La adaptación basada en el lugar y contexto local determinará cuáles enfoques e iniciativas específicas son las más efectivas.
LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL SECTOR TURÍSTICO
El sector turístico ha adaptado sus opera­ciones a las zonas climáticas del mundo. Una diversa gama de medidas adaptativas tecnoló­gicas, gerenciales, de políticas y de comporta­miento son utilizadas actualmente por los ac­tores turísticos para afrontar la variabilidad del clima a nivel en los destinos.
MITIGACIÓN Y TURISMO
Las medidas de mitigación son aquellas que contribuyen a reducir la acumulación at­mosférica de GEI y, por lo tanto, a retardar el impacto esperado de dicha acumulación en el clima mundial. Las políticas sociales, económi­cas y tecnológicas pueden contribuir a producir una reducción de emisiones implementando di­ferentes medidas de mitigación.
El sector turístico se compone de una am­plia gama de negocios, desde pequeños ope­radores que abastecen el mercado local hasta grandes compañías que operan transporte, hoteles y tours, cubriendo mercados globales a través de regiones enteras y movilizando millo­nes de paquetes turísticos a destinos en el ex­tranjero cada año. En respuesta a la creciente sensibilización de los consumidores sobre la contribución del turismo al cambio climático, el sector está investigando las estrategias para implementar medidas de mitigación en subsec­tores como transporte, hospedaje y operadores turísticos.
La mitigación puede lograrse reduciendo el uso de energía, por ejemplo, a través de cam­bios en el comportamiento en cuanto a viajes, mejorando la eficiencia energética, aumentando el uso de energías renovables, utilizando estrate­gias de compensación de carbono, planificando destinos y paquetes turísticos sustentables, así como a través de cambios en las prácticas em­presariales. Sin embargo, aunque la innovación tecnológica tiene un gran potencial para lograr reducciones en las emisiones de GEI, dadas las altas tasas de crecimiento del turismo global, ésta no será suficiente para lograr reducciones absolutas en el uso de energía y las emisiones. Por lo tanto, los cambios en el comportamiento (turistas) así como cambios estructurales (indus­tria turística) serán de importancia en revertir la tendencia hacia el crecimiento de los GEI des­de este sector. Las actuales tendencias de la sociedad por un turismo natural y responsable han creado nuevas oportunidades de negocios y nuevos mercados para productos turísticos de bajo carbono.
MITIGACIÓN EN URUGUAY
Si bien la mitigación no es una línea de ac­ción prioritaria para Uruguay (ya que, entre otras razones, no contribuye significativamente a las emisiones globales de GEI), el país se ha com­prometido a implementar medidas de mitigación.
En el Plan Nacional de Respuesta al Cam­bio Climático y la Variabilidad (PNRCC), elabo­rado por Uruguay en 2010, se mencionan líneas de acción estratégicas y medidas concretas para la reducción de emisiones en diversos sectores socio-económicos y el Mecanismo para un De­sarrollo Limpio (MDL) como línea adicional de mitigación. De las medidas de mitigación defini­das por el PNRCC las de mayor involucramiento con los sectores vinculados a la actividad turís­tica son las referidas con transporte y energía.
Cabe considerar dos aspectos fundamen­tales del rubro energético en Uruguay. Por un lado, el 67% de la energía que consumimos en nuestro país corresponde a derivados del petró­leo; y por otro, el uso de la energía por sectores corresponde en un 32% al transporte, en un 29% a los hogares, en un 21% a la industria, en un 9% al sector comercio y servicios (escuelas, hospitales, hoteles, restaurantes) y en un 9% al sector agro y pesca (fuente: DNE).
En este marco, la política energética na­cional para el período 2005-2030 ha definido prioridades que contemplan esta situación. Una de las prioridades es la diversificación de la matriz energética, lo cual implica considerar la introducción de energías renovables autóctonas (como son la eólica, biomasa, microhidráulica) y la reducción de la dependencia del petróleo. Se considera en esta opción la promoción del transporte fluvial y ferroviario; el recambio de flotas de carga y transporte colectivo; la revisión tributaria y normativa y el desarrollo de incenti­vos para vehículos eficientes; el etiquetado de vehículos; la incorporación de biocombustibles, vehículos eléctricos e híbridos y la sustitución eficiente en el sector público. Por otro lado, otra prioridad es la promoción del uso eficiente de la energía, incentivando una cultura de la eficiencia energética4 e incorporando tecnologías eficien­tes en equipos consumidores de energía.
El análisis del consumo de energía de los diferentes rubros vinculados al turismo permite detectar oportunidades para implementar me­didas de mitigación en el sector. Nuestro país ya viene implementando líneas temáticas e ini­ciativas en materia de mitigación y algunas ya están siendo incorporadas en subsectores como el hotelero. Otras requieren de mayor difusión para facilitar su incorporación, tanto en opera­dores como en turistas y tomadores de decisión. Algunas de las principales iniciativas impulsadas en el país son:
-Promover la eficiencia energética (EE) en todos los sectores de la actividad nacional y para todos los usos de la energía (iluminación, electrodo­mésticos, vehículos, etc.). Desde 2005, Uruguay está impulsando medidas para la incorporación de la eficiencia energética a través de la pro­moción del uso de lámparas de bajo consumo, el etiquetado de electrodomésticos, la incorpo­ración de normas mínimas de desempeño de edificaciones.
-Promover las energías renovables no tradi­cionales. En el marco de la política energética nacional, se definió priorizar la diversificación de la matriz energética, promoviendo el desarrollo de emprendimientos en base a energías reno­vables no tradicionales (energía eólica, solar, de biomasa y minihidráulica), como contribución a reducir las emisiones de GEI. Una de las metas de la política energética es llegar al 50% de la matriz energética nacional con fuentes autócto­nas renovables, incorporando 500 MW de éstas antes del 2015, incluyendo, fundamentalmente, el aprovechamiento de la energía eólica y recur­sos de biomasa para la generación de energía eléctrica.. El país ha identificado como prioridad la incorporación de la energía solar térmica para la sustitución del calentamiento de agua eléctri­co o a partir de fuente fósil.
-Utilización de biodigestores. Este tipo de tecno­logía, así como los calentadores y las cocinas solares, puede representar una oportunidad para emprendimientos agroturísticos de nuestro país.
-Políticas de construcción sustentable. Este tipo de iniciativas estimula a la administración públi­ca a desarrollar e implementar nueva legislación y reglamentaciones, con el objetivo de influir so­bre el sector de la construcción para que realice proyectos de forma más sustentable, mediante la utilización técnicas innovadoras y materiales que emitan menos CO2, reduzcan el consumo de energía y la deforestación ilegal.
Las medidas de mitigación involucran una amplia gama de actores y de actividades que varían desde iniciativas de bajo costo, tales como el alumbrado eficiente en energía, hasta medidas que requieren mayores esfuerzos e inversiones, tales como la compra de vehículos más eficientes en cuanto a combustible o la re­definición de sus sistemas de energía.
Las medidas más importantes son las que reorientan el turismo hacia el transporte bajo en emisiones de carbono y la búsqueda de desti­nos menos distantes con estadías más largas, involucrando a diferentes actores como son los proveedores de transporte, alojamiento, opera­dores turísticos, turistas, administradores y pla­nificadores.
Dadas las tendencias sociales actuales, parecería que los nuevos mercados para turistas ambientalmente responsables ya están surgien­do y, así, existen oportunidades para desarrollar y comercializar nuevos productos turísticos ba­jos en emisiones de carbono. Esto, conjunta­mente con consideraciones económicas, hace que sea interesante para cualquier actor turístico involucrarse en la puesta en práctica de medidas de mitigación.
Los operadores turísticos desempeñan un papel importante en la mitigación del cambio cli­mático, puesto que arman paquetes: incluyendo viaje, hospedaje y eventualmente atracciones turísticas. En tal sentido, pueden influir en las emisiones ofreciendo, por ejemplo, transpor­te eficiente en su uso de energía, hoteles con compromisos ambientales, paquetes de bajas emisiones de carbono que incluyan viajes en ómnibus y en tren sustituyendo viajes cortos en avión, opciones de bicicleta, o alquiler de vehículos eficientes. Otro rol importante para los operadores turísticos es el de aumentar el tiempo promedio de permanencia: una manera muy efectiva de reducir la huella del carbono del turismo, siempre y cuando el promedio de viajes realizado por un turista sobre un determinado período disminuya. Como ejemplo, en Alemania se ofrecen destinos de vacaciones que propor­cionan «nuevas sendas hacia la naturaleza», desarrollando y comercializando paquetes libres de automóviles e incluso promocionando con mayor ímpetu el viaje en tren. Los operadoresetiqueta­do sobre emisiones o fuentes de energía en sus paquetes para influenciar el comportamiento de los viajeros. Indicando las emisiones causadas por un viaje o alojamiento en particular, se hace posible que los viajeros elijan entre productos bajos en emisiones de carbono o los clásicos. Los turistas, por su parte, desempeñan un pa­pel fundamental en la reestructuración hacia un sistema turístico sustentable, eligiendo sus des­tinos, alojamiento y medios de transporte am­bientalmente amigables. Ellos también pueden exigir transporte en medios eficientes en cuanto al combustible o quedarse en hospedajes que tienen incorporadas buenas prácticas ambienta­les, lo que pone importante presión en las com­pañías para que trabajen para lograr un turismo sustentable. Estas son algunas de las maneras en que los turistas individuales pueden alterar y mejorar las tendencias actuales del turismo global.
Los operadores hoteleros pueden aportar significativamente en la implementación de me­didas de mitigación, desarrollando buenas prác­ticas ambientales, como la reducción de consu­mos en agua y energía, e incorporando energías renovables. En este sentido, la incorporación de la energía solar no sólo reduce la dependencia energética del exterior, sino que promueve el autoconsumo y la independencia energética, proyectando al Uruguay como destino turístico responsable del ambiente.
El sector puede aprovecharla de dos for­mas:
-por un lado, utilizando la tecnología fotovoltaica para generar electricidad;
-por otro, aprovechando la energía del sol para generar calor, que puede emplearse en calefac­cionar ambientes, cocción de alimentos o produ­cir agua caliente.
Algunos de los potenciales usuarios de es­tas formas de energía vinculados a la actividad turística son las viviendas individuales, los edi­ficios de propiedad horizontal, los hoteles y los clubes deportivos, tanto para instalaciones de baños o cocinas, como de piscinas.
Según datos de los principales proveedo­res nacionales de equipos solares térmicos, se estima que existen instalados unos 1.000 m2 de colectores solares térmicos al año 2010. A partir de la normativa vigente, gran parte de hoteles y clubes del país han incorporado la energía solar térmica para calentar agua y otros servicios.

CAMBIO CLIMÁTICO Y TURISMO: DESDE LOS ANTECEDENTES A LOS PROBLEMAS

En la actualidad existe consenso científico sobre que el incremento en la atmósfera de los gases de efecto invernadero (GEI) provoca el ca­lentamiento del aire y de la temperatura del mar. Las consecuencias más inmediatas y significa­tivas del cambio climático para las costas mun­diales incluyen la erosión costera, la variación en los patrones de caudales, la intrusión salina y las alteraciones en los ecosistemas. Durante el siglo XX, el incremento del nivel medio del mar (NMM) contribuyó al aumento de las inundacio­nes, la erosión y la pérdida de ecosistemas.
En el Uruguay se logran dis­tinguir los siguientes atractores turísticos: la ca­dena de playas, la ciudad de Montevideo, el con­junto de atractivos agrupados en torno a Colonia del Sacramento y el litoral. Se destaca que la misma cuenta con la mayor oferta turística, es la que recibe el porcentaje más alto de divisas, la que genera más pues­tos de trabajo y, por supuesto, la que soporta mayor presión. La zona costera cuenta con una extensión aproximada de 670 Km. de los cuales 450 corresponden al Río de la Plata y los 220 restantes al océano Atlántico. Presenta una di­versidad de ambientes con características pecu­liares, donde la forma dominante son las playas arenosas desarrolladas en extensos arcos que alternan con afloramientos rocosos. Esta diver­sidad paisajística y la diversidad biológica que sustenta, son la base del desarrollo económico, por su capacidad para proveer bienes y servi­cios que sustentan actividades diversas, como la pesca, el turismo, la navegación, el desarrollo portuario y la explotación agrícola y minera. Uru­guay sigue la tendencia a nivel mundial: con un 68% de su población residente de la zona cos­tera, los centros urbanos ocupan un 34% de la línea de costa. El cambio climático aumentará los impactos de las amenazas so­bre la zona costera y la biodiversidad marina, ya sea elevando las actuales fuentes de estrés o directamente por destrucción de hábitats y pérdida de especies. Estos cambios se expre­sarán de diferente manera e intensidad en las distintas regiones costeras de este complejo sistema fluvio-marino.
EL CAMBIO CLIMÁTICO
 La tempe­ratura media global ha aumentado 0,76°C entre 1850-1899 y 2001-2005 y el IPCC (El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) concluyó que la mayor parte del aumento observado en las temperaturas medias globales es el resultado de actividades humanas que están incrementando las concentraciones de gases de efecto inver­nadero (GEI) en la atmósfera. El IPCC predice que es muy probable que el ritmo del cambio climático se acelere con las continuas emisiones de GEI a niveles actuales o mayores, con tem­peraturas medias globales de superficie estima­das a incrementarse entre 1,8°C y 4,0°C para fines del siglo XXI.
Los cambios en temperatura y otras carac­terísticas climáticas variarán globalmente. Es muy probable que los extremos de calor, even­tos de olas de calor y fuertes precipitaciones continúen volviéndose más frecuentes. Los ci­clones tropicales probablemente se hagan más intensos, con mayores picos de velocidad de viento y mayores precipitaciones asociadas con los aumentos en curso de las temperaturas de la superficie marítima. Las regiones afectadas por estos eventos extremos, incluyendo muchos de los grandes destinos turísticos, seguirán siendo más extendidas. Estos cambios previstos ponen en evidencia la necesidad de sensibilización y preparación para afrontar los riesgos naturales a nivel local a través del desarrollo de capacida­des y estrategias para el manejo de las amena­zas de desastres.
TURISMO
La Organización Mundial de Turismo (OMT) ha determinado que el turismo es la fuen­te primaria de los ingresos por dinero en 46 de los 50 de los Países Menos Desarrollados del Mundo. El turismo juega un rol importante en la reducción de la pobreza a través de la genera­ción de empleo y de las oportunidades de nego­cio que provee; a su vez, está llamado a contri­buir con el desarrollo sustentable, y con el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Sin embargo, esto requiere que el sector se adapte al cambio climático e, igualmente importante, reduzca la contribución que hace al cambio cli­mático a través de las emisiones de gases de efecto invernadero y la huella ambiental integral del turismo. Ambos aspectos requieren cambios de entidad en el sistema de producción turístico.
Uruguay probablemente se verá afectado por el cambio climático: resultados iniciales de investigación puntualizan una alta vulnerabilidad de los recursos costeros frente a cambios en las precipitaciones, modificaciones en la descarga de los tributarios del Río de la Plata, alteracio­nes de los patrones de vientos y en la locali­zación del anticiclón subtropical del Atlántico Sudoccidental. Como resultado, la adaptabilidad al cambio por parte de los ecosistemas y de la población en riesgo se verá excedida, por lo que se puede esperar pérdidas significativas.

IMPACTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL TURISMO
Se considera al turis­mo como un sector económico altamente sensi­ble al clima, al igual que la agricultura, la energía y el transporte. El cambio climático no es un evento en el futuro remoto para el turismo, puesto que los impactos variados de un clima cambiante ya se hacen evidentes en destinos al­rededor del mundo y el cambio climático ya está impactando en la formulación de decisiones en el sector turístico.
Existen cuatro grandes categorías de im­pactos del cambio climático que afectarán los destinos turísticos, su competitividad y su sus­tentabilidad.
IMPACTOS DIRECTOS DEL CLIMA
El clima es el principal recurso para el turis­mo ya que co-determina si el destino turístico es apropiado para una amplia gama de actividades turísticas. Es uno de los principales motores de la estacionalidad global en la demanda turísti­ca y tiene un impacto importante en los costos operativos, tales como calefacción-enfriamiento, irrigación, alimentos y suministro de agua y cos­tos de seguros. Así, los cambios en la duración y calidad de las estaciones turísticas dependien­tes en el clima (por ejemplo: vacaciones de sol y playa o de deportes de invierno) podrían tener implicancias importantes en las relaciones com­petitivas entre destinos y, así, en la rentabilidad de los emprendimientos turísticos.
El IPCC ha concluido que los aumentos en la frecuencia o la magnitud de ciertos extremos meteorológicos y climáticos (por ejemplo: olas de calor, sequías, inundaciones, temporales) son probables como resultado del cambio cli­mático proyectado. Tales cambios afectarán la industria turística a través de daños infraestruc­turales mas severos, requerimientos mayores de preparación para tales eventos, gastos ope­rativos más altos (tales como seguro, sistemas de respaldo alternativos para energía y agua, evacuaciones) e interrupciones en el negocio.


IMPACTOS INDIRECTOS DEL CAMBIO AMBIENTAL
Cambios en la disponibilidad de agua, pér­dida de biodiversidad, estética paisajística dis­minuida, producción agrícola alterada (por ejem­plo: el turismo relacionado con la gastronomía o el vino), mayores amenazas naturales, erosión costera e inundaciones, daños a la infraestructu­ra y una creciente evidencia de la presencia de enfermedades portadas por vectores tendrán un impacto en el turismo de distinta entidad.
IMPACTOS DE LAS POLÍTICAS DE MITIGACIÓN EN LA MOVILIDAD TURÍSTICA
Las políticas nacionales o internacionales de mitigación -es decir políticas que buscan re­ducir las emisiones de GEI- pueden tener un impacto en los flujos de turistas. Probablemente impliquen un incremento en los costos de trans­porte y puedan promover actitudes ambientales que llevan a los turistas a modificar sus patro­nes de viaje (por ejemplo: cambiar de modo de transporte o elección de destino).
IMPACTOS INDIRECTOS DE CAMBIOS SOCIALES
Se estima que el cambio climático presenta un riesgo para el futuro crecimiento económico y estabilidad política de algunas naciones. Se han identificado riesgos de seguridad asociados con el cambio climático en varias regiones donde el turismo es de gran importancia para las econo­mías nacionales-regionales.
CONTRIBUCIÓN DEL TURISMO AL CAMBIO CLIMÁTICO
El cambio climático antropogénico1 es causado por los GEI liberados en la atmósfera, principalmente por la quema de combustibles fó­siles. A nivel global, el dióxido de carbono (CO2) es el GEI más importante, responsable de un 60% del calentamiento. Según OMT-PNUMA-OMM, las emisiones del turismo, incluyendo los transportes, el hospedaje y las actividades (excluyendo la energía utilizada para las cons­trucciones y la logística, por ejemplo), son res­ponsables de alrededor del 5% de las emisiones globales de CO2.
De este 5%, el 75% corresponde al trans­porte, cuya contribución es la más importante en las emisiones globales del turismo. Dentro del transporte, la aviación es el sector más relevan­te. Para la mayoría de los viajes que incluyen vuelos, se ha estimado que el desplazamiento hasta el destino aporta entre 60% y 90% de la contribución total del viaje al cambio climático.
Entre los sectores del turismo, y entre los distintos tipos de viaje, la contribución varía mu­cho según las distintas modalidades de trans­porte, la distancia al destino, la duración de la estadía y el tipo de actividades que se realice.

lunes, 29 de octubre de 2012

Cambio Climático

Se llama cambio climático a la modificación del clima con respecto al historial climático a una escala global o regional. Tales cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros meteorológicos: temperatura, presión atmosférica ,precipitaciones, nubosidad, etc. 

El cambio climático es un tema importante en el programa de trabajo de la Organización Mundial de Turismo (OMT) y dentro del área especial sobre Desarrollo Sustentable del Turis­mo, la OMT trabaja  en mejorar la conciencia de las personas sobre temas de cambio climático.
A nivel nacional existen iniciativas sobre la implementación de estrategias referidas al sector turístico (Plan Nacional de Turismo Sos­tenible) y a la prevención de los riesgos, la miti­gación y la adaptación al cambio climático (Plan Nacional de Respuesta al Cambio Climático). En los mismos se plantean líneas estratégicas para orientar el desarrollo turístico para que los habitantes locales se beneficien de la actividad mediante el uso responsable y equilibrado de los recursos naturales. Se plantean los impactos que sufrirá la actividad turística en la zona costera ante el cambio y la variabilidad climática.

martes, 23 de octubre de 2012

Cetáceos de Uruguay

NFORMACIÓN SOBRE NUESTROS
CETÁCEOS

En aguas territoriales habitan ocasional o
permanentemente, 24 de las 84 especies de
cetáceos
Las ballenas son altamente migratorios:
alternan su presencia estacional en áreas de
alimentación durante el verano y áreas de reproducción en invierno-primavera.
Los cetáceos se dividen en dos grandes grupos:
1. Los Odontocetos: “Suborden de cetáceos
que se caracterizan por la presencia de
dientes y un solo orificio nasal externo”. 
Algunas especies son: la Orca, Cachalotes, Delfín
franciscana, entre otros.

2. Y los Misticetos: cetáceo que se alimenta por
medio de filtración con ayuda de barbas internas
que crecen en la mandíbula superior.
Algunas especies son: la Ballena Jorobada, la
Ballena Franca austral, etc.


La Ballena Franca (Eubalaena australis), el Delfín
del Plata o Franciscana (Pontoporia blainvillei)
y el Delfín Nariz de Botella o Tonina (Tursiops
truncatus) constituyen tres de los cetáceos más
comunes, emblemáticos y atractivos del área
marino costera uruguaya.
La Ballena Franca Austral y la Franciscana son
las especies costeras con mayor necesidad de
conservación, ya que ambas se encuentran en
situación de amenaza y vulnerabilidad, desconociéndose sin embargo el estatus poblacional
de la Tonina en nuestras aguas.


BALLENA FRANCA AUSTRAL O DEL SUR
(Eubalaena australis), forma parte de las 2 o
3 especies del género Eubalaena:
- Del Atlántico Norte
- Del Atlántico Sur
- Algunos expertos proponen una tercera, la Del Pacífico Norte (Eubalaena japonica).
Se distribuye entre la zona del sur del Brasil  (Santa Catarina) y la Convergencia Antártica
(cercana a las Islas Georgias y Malvinas).
Debe su nombre por haber sido la más perseguida y la “ballena correcta / propicia” para cazar
(right whale por su nombre común en inglés) debido a su comportamiento de carácter amistoso, de hábitos costeros flota al morir y su gruesa capa  de grasa (que llega a los 50 cm.) proveía miles  de litros de aceite, además de carne, sus largas  barbas (2 mts) eran los “plásticos” de la época  utilizados para viseras, corsé de vestidos, cuellos  de camisa (“ballenitas”), sus huesos se usaban  como fertilizantes y los tendones para raquetas  de tenis e hilos quirúrgicos.
Su principal característica además de no poseer aleta dorsal y su clásico resoplido en “V”; lo  constituyen sus callosidades en la cabeza formadas por engrosamientos de la piel e invertebrados  asociados no parásitos (ciámidos crustáceos  “piojos de la ballena” y balanos específicos).
Las formas, disposición, cantidad y tamaño  de las callosidades son únicas en cada ballena
y se utilizan para su foto-identificación individual  (como “huella digital”).
Luego de su período de alimentación de zooplancton (en cantidades de hasta una tonelada
al día), durante todo el verano en Zonas de Convergencia Antártica, las manadas entre los meses  de agosto y octubre llegan a zonas naturalmente  protegidas (ensenadas, golfos y bahías) óptimas  para el descanso, apareamiento y la cría de sus  ballenatos (entre la Península Valdés y Sur de  Brasil, 20º a 55º de latitud Sur).
Durante ésta época  ocurre uno de los comportamientos más interesantes y atractivos: el  cortejo, cuya finalidad por parte de la hembra es  seleccionar al macho adecuado para obtener una
descendencia exitosa (que alcance la madurez  sexual y se reproduzca).
Tienen una sola cría por embarazo, cuya  gestación es de 11 meses y amamantan (200  lts de leche por día) al menos durante 1 año, en  resumen tienen una cría cada 2 a 3 años.
La duración de este ciclo biológico determina  la moderada recuperación de sus poblaciones (en
Santa Catarina, Brasil, el crecimiento alcanzó el 10% anual; superando el propio de Península
Valdés, Argentina).
Su peso oscila entre las 40 y 55 toneladas  (unos 10 elefantes) y el largo del adulto es entre  12-16 mts (ómnibus y medio).
Posee unas 250 barbas en cada mandíbula  superior.
Sí bien hasta el año 1995 la Ballena Franca  Austral era “vulnerable de extinción” y su estatus
ha mejorado (se calcula una población de +/-  8000), continua siendo declarada “dependiente de la conservación”


DELFÍN DEL PLATA O FRANCISCANA
(Pontoporia blainvillei), exclusiva del Río de la Plata y costa norte de Argentina y del sur de  Brasil; es una de los cetáceos más pequeños que  conforma el grupo de los llamados delfines de río.
Posee una enorme similitud anatómica con otros  cetáceos que se distribuyen en el Río Amazonas,
el Río Indo, el Río Ganges y el Río Yang-Tsé.
La Franciscana habita en zonas costeras poco  profundas de no más de 9 mts de profundidad,
sin embargo nos es fácil detectarlas, ya que evita  la cercanía de embarcaciones.
Se caracteriza por el color de su cuerpo que le otorga el nombre, muy similar a la túnica de los
franciscanos: el dorso es amarronado-amarillento a gris oscuro y el vientre más claro.
Su piel se aclara en invierno y con la edad; algunos llegan a ser blanquecinos.
Posee un pico extremadamente largo y angosto (el pico más largo de los cetáceos en relación a
su largo corporal), con más de 100 dientes en cada mandíbula y aletas en forma de espátula.
Por lo general son animales solitarios, aunque se reportan grupos de hasta 5 franciscanas.
Existe una captura incidental de esta especie, fundamentalmente de individuos juveniles,
consecuentemente de la actividad pesquera desarrollada en las cercanías de la costa.
Los ejemplares retenidos en las mallas utilizadas para la pesca de tiburones, llegan a morir
ahogados.
Es el cetáceo de menor tamaño que habita las aguas uruguayas, su largo no sobrepasa 1.6 mts;
alcanzando un peso aproximado de 35 Kg.
Si bien su estado poblacional preciso aún es desconocido, su situación es muy vulnerable.

DELFÍN DE NARIZ DE BOTELLA O TONINA
(Tursiops truncatus), es el más famoso de todos los pequeños cetáceos debido a su gran
adaptabilidad al cautiverio en acuarios y oceanarios, ganando importante protagonismo por la serie televisiva “Flipper”.
En general es un delfín robusto, de pico corto (“nariz de botella”), aleta dorsal alta, falcada y
ubicada al medio del dorso, de color grisáceo al nacer, más claro en su vientre y se oscurece con
la edad tornándose casi negro.
Varia ampliamente en cuanto a tamaños, forma y coloración de uno a otro según la distribución
geográfica donde viva, habiendo variedades distintas: unos más pequeños de hábito costero
y delfines más robustos y mayores que habitan  aguas más profundas.
Son sumamente activos y acrobáticos por naturaleza, surfean las olas y acompañan los barcos
y lanchas por la onda de impulso generada, ahorrando de esta manera energía para trasladarse.
Famosos además por los relatos de salvataje a náufragos o nadadores y la relación estrecha con
el ser humano se remonta a la época de Aristóteles, existiendo varios relatos contemporáneos
en costas uruguayas.
En varias zonas colaboran con pescadores y tribus aborígenes arreando los peces a sus redes
(Brasil, Mauritania, Australia).
Muy frecuentes en el siglo pasado, eran observados comúnmente en grandes manadas inclusive
en zonas costeras del Río de la Plata.
Su presencia es cada vez más recurrente sobretodo en costas oceánicas.
Los Delfines de aguas abiertas y profundas llegan a los 500 individuos, mientras en los grupos costeros no llegan a sobrepasar los 12.
Su peso alcanza los 650 Kg. Y casi 4 mts de largo.

DELFÍN ORCA
(Orcinus orca), “ni ballena ni asesina”, se encuentran presentes también en aguas uruguayas, siendo uno de los cetáceos más cosmopolitas y el más grande de los delfines.
Concurren tanto en zonas costeras como aguas pelágica profundas llegando al borde de la plataforma continental, donde los barcos “atuneros” sufren consecuencias de su interacción,  comiendo los peces enganchados en anzuelos de línea de pesca (se avistan grupos a 500 millas de la costa, unos 800 Km.).
Su voracidad como predador y amplia dieta carnívora, le ha adjuntado el incorrecto
apelativo de “ballena asesina” (ni ballena ni asesina), e incluye desde atunes y peces grandes, aves marinas, lobos marinos, pequeños delfines hasta ballenas viejas, enfermas o jóvenes, ocupando el más
alto eslabón en la cadena alimenticia (por encima de los tiburones, “exceptuando el hombre”).
Posee a diferencia de los demás cetáceos en marcado dimorfismo sexual: el macho se distingue de la hembra por su aleta dorsal recta de casi 2 mts de alto.
Su inequívoco patrón de coloración blanco y negro la distingue desde lejos, llegando a pesar
hasta 10 toneladas y un largo de casi 10 mts.
En el Balneario La Paloma (departamento de Rocha) existen varios registros, que incluyen
comportamientos de acercamiento y rodeos a surfistas, e incluso ocurrió un “ataque intimidatorio” a ballenas francas con cría de una orca adulta, sin éxito.
También son visitantes frecuentes en las cercanías de la Isla de Lobos.

Se han registrado otros delfínidos lejos de la costa, como el Delfín común y sus dos variedades:
- Hocico corto (Delphinus delphis)
- Hocico largo (Delphinus capensis)

BALLENA AZUL

(Balaenoptera musculus), el animal viviente
más grande que jamás haya existido (superando
al mayor dinosaurio), pudiendo llegar a medir 33
mts (un avión boeing 737) y pesar 160 toneladas,
sólo su corazón posee el tamaño de un automóvil
pequeño.
RORCUAL ENANO O BALLENA MINKE


(Balaenoptera acutorostrata), actualmente
muy perseguido y principal objetivo de las flotas
balleneras japonesas y de países aliados, en las
aguas circumpolares (al borde del Santuario de
Ballenas Antártico).
RORCUAL JOROBADO O BALLENA
YUBARTA
(Megaptera novaeangliae), fue registrado en
2005 un ejemplar dentro del puerto de Punta del
Este luego de 45 años que no se los observaba,
excepto por varamientos.
RORCUAL DEL ALETA O FIN
(Balaenoptera physalus), cuyo varamiento en
la Isla Gorriti (Bahía de Maldonado) en 2004,
provocó sensación.
RORCUAL DEL NORTE

(Balaenoptera borealis).Los rorcuales son
aquellas ballenas que poseen en su garganta
(zona ventral de la cabeza) una serie de surcos
“gulares” que llegan hasta la mitad de su cuerpo,
permitiendo expandir su boca como un “acordeón”
para engullir grandes cantidades de alimento.
CACHALOTE

(Physeter macrocephalus), que si bien
posee tamaño de una ballena no lleva barbas sino enormes dientes y por tanto es un odontoceto.
Se le adjudican varios records entre los mamífe
ros marinos, alcanzando profundidades de más
de 2500 mts y, estar en “apnea” más de 90 minutos llegando hasta 2 horas y media sin respirar.
También adquirió mucha fama en la novela de
Herman Melville “Moby Dick”, cuya novela describe fielmente el comportamiento de este gigante
carnívoro, predador de enormes calamares (se
encontraron en su estómago de 12 mts) con los
cuales mantiene intensas luchas y de la misma
manera lo hacía con barcos balleneros tal como
describe la novela.

MAMÍFEROS MARINOS
En la Isla de Lobos (departamento de Maldonado)
y en las costas de Cabo Polonio (grupo de las
tres Islas de Torres, grupo de Islas de Castillo
Grande – departamento de Rocha) se crían y
reproducen dos especies de Pinnipedios de la
familia Otariidae:
LEÓN MARINO O LOBO COMÚN
(Otaria flavescens), ocupa zonas terrestres
rocosas durante su período reproductivo (enero
a febrero). Se alimenta de corvinas, pescadillas,
brótolas y pequeños tiburones. Los leones marinos interactúan directamente con la pesca costera, principalmente la artesanal, ya que estos y los
pescadores compiten por las mismas especies.
LOBO FINO O DE DOS PELOS
(Arctocephalus australis), ocupa zonas terrestres rocosas durante su período reproductivo
(noviembre a enero). Se alimentan de anchoitas,
pescadillas, calamares, calamaretes, camarones
y juveniles de merluza.
Ambas especies son carnívoras y de hábitos
marinos; poseen un complejo sistema de reproducción poligámico, con disputas y peleas por
la retención y tenencia de hembras.
Forman poblaciones consideradas de las mayores reservas en el mundo.
En todas estas islas, además de los otáridos
citados se destaca la presencia de la más grande
de todas las focas, el Elefante marino del sur
(Mirounga leonina), que comúnmente suelen
llegar a descansar a las costas al final de la
primavera y el verano, luego de largos períodos
que permanecen en el mar alimentándose.
Entre los Pinnipedios que no crían en esta
latitud, el Lobo fino subantártico (Arctocephalus
tropicalis) suele aparecer en las playas de Cabo
Polonio; asimismo, el Elefante marino del sur
es cada vez más frecuente no sólo en las islas
mencionadas sino también en la costa.
La mayoría proviene de las colonias de Península Valdés, Argentina; aunque los mismos
crían y reproducen en casi todas las islas peri
antárticas.